miércoles, 3 de abril de 2013

Socialismo Utopico

Socialismo utópico o primer socialismo es un conjunto de doctrinas de reforma social, previas al auge del siglo XIX como respuesta a los serios problemas que acarreaba el triunfo del industrialismo y el liberalismo en Europa.
Representantes importantes.
Robert Owen en Inglaterra, y Henri de Saint-Simon, Charles Fourier y Étienne Cabet en Francia.
El socialismo tuvo varias corrientes de las cuales algunas se disolvierón.

Antecedentes del Socialismo:
Hasta el siglo XIX, el utopismo estuvo confinado a elucubraciones filosóficas o literarias. Se puede comenzar en la concepción del paraíso perdido, en la Biblia cristiana, hasta la Edad de Oro en la mitología griega y romana. Pero a menudo se señala a La República, de Platón, como el primer planteo literario-filosófico de una comunidad ideal.
Ya hacia el Renacimiento, Tomás Moro escribe su famosa novela Utopía (1516), que inventa el término que nombrará a esta corriente del socialismo
La Ciudad del Sol y el código de la naturaleza también son antecedentes del socialismo utopico
El principal obstáculo para la creación y consolidación de las comunidades utópicas consistía en buscar una convivencia perfecta en medio de un mundo basado en valores completamente diferentes.
Hubo diferencias filosoficas entre los impulsores.
Las colonias generalmente necesitaban una fuerte inversión inicial, y los capitalistas solían tener prioridades diferentes a las de los ideólogos.

Personalismo de los líderes o comportamientos de estos que no lograban cohesionar al grupo.

Hostilidad del medio natural, dificultad de adaptarse a una vida lejos de la civilización urbana, lejanía de los medios de comunicación, lluvias, sequías, etc.

Problemas económicos: baja rentabilidad de las actividades, necesidad de contratación de mano de obra .
Algunas colonias crearón un "dinero interno"
Las herencias del socialismo utópico

El grupo fourierista, tras la muerte del maestro en 1837, siguió empeñado en la creación de falansterios durante todo el siglo XIX. Algunos se crearon, sobre todo en América, pero todos fracasaron a los pocos años. El nuevo líder del fourierismo, Victor Considerant, llevó al grupo francés a una participación política más decidida y llegó a ser elegido diputado.
La herencia de Fourier fue retomada, en parte, por Pierre-Joseph Proudhon, quien tomó de su antecesor la idea de trabajo atractivo y una concepción individualista y artesanal del trabajo social.
El owenismo en Inglaterra pronto ganó adeptos entre los primeros sindicatos de los años 30 y fue uno de los grupos que participó de la dirección del cartismo, sector que agrupó al movimiento obrero inglés desde 1836.
Los icarianos de Cabet fueron uno de los grupos más activos en Europa en favor de la creación de colonias perfectas. Lograron construir diversas colonias en América, pero casi todas fracasaron económicamente y su llama se extinguió a fines de siglo.
El sansimonismo, tras la muerte del maestro en 1825, se convirtió primero en escuela, luego en religión y, tras la revolución de 1830, en una especie de mezcla de partido político y secta religiosa.
 

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